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Cosas locas que va tirando el tiempo, que en el medio de una fritanga de papas y unas berenjenas a la napolitana y medio tubo de Selección Lopez de por medio, voy entreteniendo al enano de jardín con chisito expuesto (Bauti en pelotas después de la pileta, esperando las papas fritas del uba que, obviamente son las mejores del mundo... "que saben estos negros!"), y analizando el "p...or qué" de que uno se pone asi, de repente, en esa especie de personaje, mezcla de sabio por experiencia y medio desubicado como Adán en el dia de la madre, que para toda pregunta del nieto tiene una respuesta de los màs ridícula, y a la vez es como un mensaje claro y sencillo referido a las cosas simples e importantes de la vida... Y es inevitable hurgar en los rincones de la propia memoria, hasta que por fin aparece la imagen del "Negro José" (mi viejo, o "el abuelo" para mis hijos), mezcla de paisano cordobés, mecánico, piloto, asador, diseñador de modas, bicicletero (en el sentido mas amplio), trotamundos y laburador empedernido, que por más que la vida lo enfrentara con el desafío mas duro, el tipo ponía manos a la obra cagándose de risa y creando soluciones al mejor estilo Mc Giver, lo que inexorablemente nos quitaba el miedo de la situación, incluso a la abuela Eve (mi vieja), sumida en un llanto desesperado como si se tratara del fin del mundo, cuando en realidad lo que pasaba es que al viejo se le ocurrió encarar para la Costa Atlàntica por camino de conchilla con un Falcon 64 y manejando como Marcu Alen en un Dakar, lo que dio por resultado la rotura de una cruceta... "Mamita, hacete unos mates que para cuando se acabe el agua del termo ya estamos en marcha", mientras sacaba la caja de herramientas y un rollo de alambre, que terminó atando la cruceta y aguantando hasta Las Armas a 40 km/h. Un animal!!!! ( Un Fenómeno!!!!) Lo aprendido, como en tantas miles de situaciones cotidianas, es justamente lo básico: Lo único que no tiene solución es la muerte, y el mal humor, los nervios y la angustia sirven para volverse mas pelotudo y quedarse tirado en medio de la nada. Traduciendo: nos entrenaba la confianza en si mismos, la destreza, nos mantenía la moral en alto y nos iba haciendo, de a poquito, casi invencibles. El Negro se fue a pasear un rato, y me dejó impregnado algo bastante parecido a todo eso, que sin querer se lo fui pegando a mis 4 hijos, hoy hombres y mujeres de bien, de quienes sigo aprendiendo y a los que, cuando la memoria no me asiste, son a quienes llamo por teléfono, aún estando a 900 km de distancia para ver si lo aprendido es correcto o en el peor de los casos, buscando esa confianza en uno mismo que ellos también aprendieron a transmitir casi sin pensarlo (en realidad, lo piensan y mucho)... Bauti, Emma, y los próximos Ferchusitos, Jeritos y Miritas que van a ir llegando, serán los destinatarios de esa magia de poderlo todo, del valor inmenso de transmitir tranquilidad y paz a quienes nos rodean en situaciones difíciles, del abrazo enorme y poderoso, y del amor eterno. Ellos van a ser los cómplices risueños de nuestra simulada locura senil, la que nos va a ir justificando cada vez que le demos los gustos que los padres no quieran permitir: las mejores papas fritas del mundo, los asados eternos, la ruta sin rumbo, la aventura de la vida!!!
Finalmente, cuando dábamos por perdida cualquier posibilidad de acceder a una salida digna, llega el ansiado día: "Vamos a cenar afuera!!!" La mejor pilcha, la billetera, el plástico, y a disfrutar la comida en un lugar único, distinguido, cálido y con buen gusto... Auto lavado, estacionamiento, valet parking (me lo rayas y te mato), y te invade ese viejo pensamiento: "acá nos rompen el orto". Pero le ponés onda y te mandas con cara de habitué saludando al portero con solvencia, que, como es lógico responde: "buenas noches Señor, bienvenido". Y lo mas loco es que "te sentís bienvenido"... Ahi nomás divisas una mesita para dos, justo al lado de la ventana y con vista al... a la dársena, que esperabas en Puerto Madero? Le arrimás la silla a tu compañera (cosa que jamás hacés) y te miran raro, y pensás: "qué saben estos negros de lo que es un Caballero!" Te estás por sentar y se arrima el Meitre y, con voz de locutor te manda: "Disculpe señor, esa mesa está reservada, si me dice su nombre lo puedo ubicar" "Ah! disculpe es con reserva previa? porque la verdad no sabía" "No se preocupe, si gusta esperar unos minutos en la sala voy a tratar de ubicarlos" "Bueno, muchas gracias" (que buena onda el tipo, no gorda?) Te arrimás a la... "Sala", que no es otra cosa que un silloncito en la entrada y ahí nomás aparece una damicela con delantalcito y 2 copitas de Federico, intomable. Y por supesto, siempre a la vista de todos los ojos que están cenando... "Bueno amor, salute entonces! chin chin" (se escuha alguna risita de gato entrenado) Pasan 2 minutos y de nuevo el Maitre: "perdón señor, pero... no está permitido el uso de ese sillón, es que lo destinamos únicamente para eventos". "Mil disculpas!" Y te parás como con resorte en el tujes, y quedás de dorapa, con Federico en mano, un lija importante y ya un poco nervioso. Entra el portero que te había saludado, y ya con menos aplomo que el otro y mucha menos onda que cuando te saludó te manda: "lo molesto un pasito para despejar el ingreso, gracias." Ya con la paciencia exacerbada, dudas entre cagar la noche con algún exabrupto, o bancar 10 minutos mas y pasar el mal trago por alto, para disfrutar de un buen plato. Tu pareja se va al baño y ahora si, definitivamente quedás como una hermosa escultura de algún drogado al que llaman "artista", siendo admirado por gente que no tiene idea de quien era Miguel Angel Buonarotti. Estimás tu hipertensión en 16-10, vuelve tu compañera con cara de orto, lo que basta para un: "vamos gorda, parece que acá no somos bienvenidos" Y al salir, tal como la risa hilárica del Wasón, entre puteadas, fuck you y la moneda de un mango revoleada al pendejo que te sacó el auto arando, ves un cartelito chiquito en el atril que dice: "la casa se reserva el derecho de admisión". Y ahi nomás tomás conciencia de lo sano que es: 1.- Andar solo y en moto. 2.- Disfrutar la ruta. 3.- Con amigos. 4.- Y deleitarse con una buena bondiola a la parrila, hablando de lo que te gusta y rodeado de naturaleza.
Y con el bocado aún dando vueltas, la risa franca dibujada, la moto de fondo y la rubia cheta mirado de reojo desde el Audi A6, decís: "Esto no es pa cualquiera!!!"
… Como tantos otros Sábados, mis entrañas empezaron a
respirar de nuevo camino al Sambo. La siempre apacible rutina de la ruta 6
contando los bichos que se van pegando al visor del casco, el murmullo de mi
compa que se me va despertando y pidiendo un poquito mas, y la sorpresa de
acercarme al retrovisor y ver mi propia sonrisa…lo que no me permitió prevenir
el tremendo zarpaso de un CBR arriba de
los 200 km/h!
Recuperando el aliento mientras me sale un grito de: “iiiieeejaaaa!!!”,
pude apenas divisar el cabello rubio, lacio y largo desflecándose al viento de
ese cuerpo con piel de cuero ceñido y apiladísimo…Qué ganas de correrla!!!!
(con qué, no? Jaja).
La fiaca se va estirando con los saltitos de la 215 y la
bajada de Etcheverry, apurando un poco para entrar al ritmo de la 2.
Casi por costumbre aflojo y entro en la YPF para repostar y fumarme un
pucho. Nadie conocido, solo 3 pisteros apartados, mirándola como para comérsela
a mordiscones. La rubia que me pasó estaba cargando nafta adelante mio, y la
parálisis solo me permitió bajar la muleta a tiempo. Impactante!!! Ojos azul
profundo, espalda derechita como una tabla, cintura torneada y esa parada con
una pierna avanzada arqueando un poquito la cola…
Me saqué el casco con cuidado de no chorrearlo de baba y
planté mi mejor sonrisa de viejo copado:
-
“Me devolvés la sombra que me quitaste en la 6?” jeje
-
“Ups! Perdón”, dijo
con una sonrisa traviesa que me erizó la… nuca.
-
“Cuanto le cargo jefe??? (playero con manguera en mano)
-
“LLenalo por favor, perdón.”
Ella entró al barcito de la estación y yo me quedé cerrando
la tapa del tanque en la más absoluta nube de pedos. Al instante sale con
carita de “quelevashacé” y me dice:
-
“Venía con ganas
de un cortadito y la máquina no anda…”
-
“Si querés en el baúl tengo mate”
-
“Jodéme!!! Con lo
que me gusta el mate!, buenísimo”
Emparejamos las motos en el costado del playón y me senté en
el escaloncito con el termo entre las piernas (sonó feo, no? Jaja).
-
“Qué modelo es el
Trancho?
-
“93”,
respondí orgulloso.
-
“Re noble y lo
tenés bien guerrero!”
-
“ Seehh, casi tan rápido como tu CBR, jajaj, la
realidad es que es una materia pendiente llegar a montar un 4 cilindros como el
tuyo”
-
“Aunque no lo
creas, es la primer moto que tengo, me deliré la plata de una indemnización por
despido sin saber si realmente me le iba a animar”, dijo mientras agarraba
el primer mate esmeradamente espumoso y con la vista perdida en un recuerdo no
muy grato…
-
“Dónde
trabajabas?”
-
“En una empresa
de publicidad, una multinacional, y vos?”
-
“Llevo muchos años de encierro bancario, jaja, y ahora
que hacés?”
-
“Disfruto la vida
y cada día como si fuese el último, usando lo que ahorré durante tanto tiempo.
De hecho, estoy de viaje”
-
“Que bueno!!! Para donde vas?”
-
“No sé, donde me
lleve el impulso, arranqué hoy”
-
“Tenemos algo en común, también me gusta salir sin
rumbo”
-
“Excelente el
mate!!!, venía con un poquito de fiaca”
-
“Menos mal, no me quiero imaginar como andás cuando
estás despejadita!! Jaja”. No tenés miedo de andar tan fuerte?”
-
“Al principio me
daba cosita, pero le fui agarrando confianza, sobre todo comparando
posibilidades y tiempos”
-
“No entiendo, cómo es eso de: posibilidades y tiempos?”
-
“ Tiene que ver
con todo lo que podemos hacer, y el tiempo que tenemos para hacerlo…tengo cáncer.”
Y de vuelta la sonrisa mientras me devolvía el mate…
Me quedé helado, no pude decir absolutamente nada, y lo
único que me salió es una sonrisa de dientes apretados mientras le tomé la mano
con respeto:
-
“ Te admiro!!!, cuanto valor y cuantas ganas de
vivir!!!”
-
“Gracias, pero no
te pongas mal, son cosas que pasan, te toca y ya.”
No pude evitar que se me pusieran los ojos brillosos
mientras contenía el aliento…
-
“Tus mates me
vinieron al pelo, Gracias!!”
-
“Ya arrancás?”
-
“Si, quiero pasar
por la costa a saludar a alguien a quien quiero muchísimo y hace rataso que le
debo una visita”
Nos fuimos levantando y mientras guardaba las cosas no podía
sacarle la vista de encima. Antes de ponerse el casco se acercó, me tomó las
manos y me dijo:
-
“No dejes pasar
el tiempo sin disfrutar de todo lo que te hace bien, ninguna excusa es válida.
Y cuidáte.”
Me regaló un dulce piquito y una sonrisa que no voy a
olvidar por el resto de mi vida. El CBR zumbó como un F1, inclinó su cabeza
saludando y se perdió en la profundidad del horizonte.
Y… que te puedo decir: no pude llegar al Sambo.
Estoy cansado... Creo que está llegando mi momento, pero no se asusten, no hablo de la parca, como dicen los viejos, sino de ir haciendo realidad esa idea que hace tiempo viene girando en mi cabeza. Me cansé de este sistema perverso en el que vivimos diariamente, en el que la justicia es para los malos, donde ponen una sola silla para que se sienten cuarenta personas, donde la "medicina preventiva" no es más que un cuco enorme fabricado por el mismo sistema para consumir clínicas, prepagas y medicamentos que te arreglan algo y te estropean mucho más, pero es buen negocio. Un sistema que nos hace creer que aún no existe la cura contra el cancer o el sida, porque es un negocio millonario. Donde a los chicos se los vacuna contra tantas cosas y en realidad no tenemos ni idea de que miércoles les inoculan (hoy día existen microchips que pasan perfectamente por una hipodérmica, y sustancias que hacen de las personas verdaderos autómatas...) Que me fuí al joraca?... Y el paco? (por mencionar algo real...)
Volviendo al hilo, estoy sintiendo un llamado real de mis propias entrañas a vivir más desconectado de esta locura conurbana estúpida, más cerca del sol, del viento, de la naturaleza, sin más que lo necesario para vivir confortable pero sin lujos que, en realidad, desde mi actual posición, vivir en contacto con la naturaleza, a 100 km de la locura, con la conexión necesaria sólo para lo importante y no más, sería todo un lujo...
Me fascina la tecnología, pero me cansa. De chico soñaba con aparatitos que permitieran vernos mientras hablamos con otra parte del mundo, con detectores para todo, sensores, supercomputadoras, y hoy sencillamente existen. Ya no se si Julio Verne fue un amante de la ciencia ficción o un genio de otra galaxia, preparándonos para todo esto. Cada vez entiendo más el por qué de mi vicio por viajar, la ruta y la naturaleza. Cada vez que salgo siento que algo muy pesado se desprende de mi y me siento mucho mejor. Será una forma vanal de experimentar la verdadera libertad?
Solo espero tener la sensibilidad necesaria para reconocer el momento exacto para tomar la decisión, y la sabiduría para afrontar las consecuencias...
Herencia. (Para mis Hijos)
Tal como en la travesía de aventura, cuando pasamos un poco
más allá de la mitad del camino, la idea vaga de volver atrás deja de ser una
opción. Es en ese momento en que le ponemos todas las fichas a nuestra máquina
y nuestra capacidad para llevarla, y giramos el puño derecho acelerando con
decisión.
Sin ánimo de preocuparlos y sin intención que se llegue a
intuir siquiera una especie de despedida (el último que piensa en eso soy yo,
se los aseguro), de tanto en tano giramos la cabeza casi de forma inconsciente
para mirar la huella que vamos dejando, que en definitiva es lo único que
queda, como también todo lo que nos llevamos, que no es ni más ni menos que los
afectos, los paisajes y los bichos pegados en el casco…
Y me puse a pensar en esto de la “herencia”, lo que les voy
dejando en sus vidas, que no es mucho, en especial lo material, que se resume
en una moto, una guitarra, un saxo y un puñado de herramientas. Me refiero a lo
que, a través del infinito amor que siento por Ustedes, trato de ir dejándoles
en cada oportunidad que se presenta.
Y me acuerdo de todas esas “pequeñas cosas”: las tosatadas y
el mate en el silencio de la mañana, la cervecita y la picada mientras lavan o
arreglan los autos los varones, el dormir abrazados en el sillón mirando la
tele con las nenas, la compañía de la ruta, el estar en cada momento importante
de sus vidas, en un respetuoso segundo plano, tratando de inyectarles siempre
la cuota de optimismo y humor ácido…
Y el Asado!!!
Como siempre andamos corriendo atrás de no se qué zanahoria,
hoy les quiero dejar una especie de “Manual del Asador de Familia”, a los
cuatro, pero no sólo para que les salga rico, sino para que lo apliquen en todo
lo que hagan en sus vidas:
Lo primero es hacerse amigo del fuego: el fuego es vida, y
si se va de control, es muerte. Aprendan a controlar el fuego, y manténganlo
siempre encendido. Una vida sin la pasión del fuego no es nada. Bastan un par
de maderitas o ramitas sobre 2 o tres bollitos de diario, sobre el que tienen
que construir una especie de Iglú de carbón, con alguna entrada de aire y una
pequeña salida. Como el Iglú de hielo de los esquimales, que a pesar de ser de
hielo, los abriga y mantiene vivos.
Cuando el carbón esté bien blanco (de día) o bien al rojo
(de noche), desparramen el fuego con un palo largo (para no quemarse, como en
la vida, jaja), pero siempre guarden de la bolsa de carbón sin usar, y un par
de brasas encendidas en un rincón de la parrilla. Pongan “Todo al Asador”,
nunca se guarden nada, compartan todo. Pero que no le dé el fuego directo ni
muy cerca porque se arrebata y se quema. Las brasas más grandes tienen que
rodear la carne y solo las muy pequeñas y espaciadas deben quedar debajo del
futuro manjar. Rodear es abrazar, como la paloma que empolla sus huevitos.
Si no pueden regular la altura de la parrilla, regulen el
fuego: para bajarlo abran las brasas, de modo tal que puedan esperar el tiempo
que sea necesario a que lleguen los comensales a la mesa. Para el asado
empiecen por el lado de la costilla, un par de vueltas de ambos lados hasta que
tome temperatura de cocción y después se deja sobre la costilla hasta un
momento antes de servirlo, cuando se lo da vuelta del lado de la carne, para
servirlo calentito. Lo mismo el vacío, tomando el cuero como si fuera la
costilla. La molleja se pone entera y cuando tome tensión y empieza a dorarse,
vuelta y vuelta, se abre al medio y se pone del lado interno mas crudo. Mucho
limón y algo de sal, hasta que esté chispeante y doradita. La morcilla lejos
del fuego, sólo se calienta para que no se reviente. Pinchen el chorizo en el
medio para que se desgrase de a poco, girándolo a cada rato, para que se dore
parejo.
Sírvanse un buen vino con hielo o el trago que prefieran, y
asegúrense de tener a mano la tabla, el cuchillo, un repasador, buena música y
por supuesto: “rodeados de afectos”.
A esta altura vayan poniendo nuevo carbón sobre las brasitas
que quedaron aparte, para poder moderar el fuego y el tiempo a voluntad.
Participen de la charla, disfruten y escuchen. Ríanse mucho.
Enséñenle a los más chiquitos el rito del asado en familia, dejándolos juntar
ramitas y mover un poquito el fuego encendido: les aseguro que para ellos es
mágico (lo fue para mi con mi viejo y luego con ustedes cuando eran chiquitos).
Continúen con la hermosa tradición familiar de dar a probar
lo que vaya estando a punto, en la boca o en un pancito, es el mejor
aperitivo!!!
Vendan bien la mercadería!!! Como todo en la vida, entra
primero por los ojos!!! Y si se agrandan un poco cuando muestran la bandeja, es
un éxito asegurado!
Sírvanlo de a poco y a gusto del consumidor: la realidad es
que siempre el asado tiene una parte mas cocida y una mas jugosa: cuestión de
saber acomodarla en la bandeja y ofrecerla con aire de especialista: “lo de la
derecha está más cocido y a la izquierda, jugoso” jeje.
Los huesos y restos son siempre del perro, nuestro o del
vecino. Nunca se tiran! (recuerden: compartirlo todo).
Asi, de a poco y con práctica, van ir logrando transformar
sus vidas y sus Domingos, estirando la tarde con mate, lavando el auto,
paseando, o volviendo de una salida corta.
Y para cuando se quieran acordar, habrán superado aventuras
amorosas, cambios de pañales, corridas al pediatra, triciclos, bicis… y van a
estar abrazándose con unos tigres y leonas hermosos, mucho más altos que
ustedes, que en algún momento, a viva voz y desde lo más profundo del alma,
griten:
“ UN
APLAUSO PARA EL ASADOR!!!”
... de algunos motociclistas. Al menos unos cuantos de nosotros o casi todos, hemos intentado describir esta pasión que nos une y dignifica. Lo contamos desde la moto, desde el casco, con la mirada en la ruta o el paisaje y la camaradería que genera. Pero parece que la cosa es más profunda. Hay otras razones, los verdaderos "pilares" redondos sobre los que rueda esta cuestión...Cuando las palabras ya no alcanzan, cuando ya no se trata solo de un sentimiento o de una pasión, cuando el silencio al que recurrimos de vez en cuando nos sigue haciendo sentir "multitudinariamente solos", algo muy de adentro empieza a germinar la necesidad de escuchar al Viento, de sentir al Sol, de pisar la Tierra de otro lugar, y de comprobar físicamente que somos dueños del tesoro más preciado: La Libertad. Tierra, Viento y Fuego... y el agua necesaria en cada paraje, bebida, charco, rio o el mar. El Viento, que limpia toda la carga que nos pesa en las cervicales... El Sol, que nos carga de energía y nos emborracha de una felicidad simple, inexplicable... El Fuego, que alimenta nuestro motor de ilusiones, para que no mueran de tedio... La lluvia? Ja... nos pone un poquito el freno a esa locura sin control a la que conocemos como "libertad", porque el "kia colorado" está siempre con ganas de meter la cola...
Físicamente giramos el puño derecho, mentalmente desaparecemos de escena, y espiritualmente nos encontramos con nosotros mismos, donde la propia vida mundana nos hace creer que controlamos nuestro destino porque controlamos una máquina, cuando en realidad es alrevés: y muy adentro lo sabemos. Por eso siempre nos complace conocer nuevos caminos, sin saber cual es el destino. Nadie los sabe en realidad, pero el miedo propio de la ignorancia humana hace que la gran mayoría prefiera la... "seguridad?" de las cuatro ruedas, porque el solo hecho de sentirse dueños de su propia libertad los aterra, los abruma sin saber que hacer con ella...
No te pasa que, cuando viajás en auto, aunque esté helando afuera, apuntás la calefacciíon a los pies y abrís un poquito la ventanilla? Es la forma física con la que el Alma nos hace saber que se siente encerrada...
Cuando los años me empiecen a pasar factura, espero conservar este tesoro intangible, aún ya sin poder montarme en una moto, de modo que, cuando la ruta esté muy cargada, cuando la velocidad del resto ya no sea la mia, cuando me encuentre de nuevo con mi propia huella y el aire viciado me vuelva a ahogar, espero, pido, imploro, ser capáz de volver a girar el puño derecho de mi corazón y buscar un nuevo camino...
Con el paso de los años, nos damos cuenta que siempre es más beneficioso guardar silencio que abrir la boca. En casi todos los planos de la vida. Pero, qué pasa cuando ese silencio se instala en una relación, borrando la delgada línea que divide el respeto de la falta de interés? El silencio siempre nos deja la chance de optar, de cambiar de postura, y sobre todo de escuchar y observar, mas que de ser escuchado y observado. Pero hay que tener cuidado: cuando guardamos silencio empezamos a escuchar nuestros propios pensamientos, y muchas veces intentamos comprobarlos mediante el análisis de los hechos reales... Y vamos atando cabos sueltos, y nos vamos sorprendiendo de lo bien que encajan las piezas del rompecabezas. Y en algún punto nos invaden las ganas de lanzarle un planteo al otro, con lo que inequívocamente le damos toda la ventaja de "reorganizarse" y de paso, hacernos quedar en absoluto ridículo, del cual no es fácil salir, a menos que se tengan pruebas contundentes e irrefutables. (tampoco tenemos que ser obtusos: hay cosas que son obvias a esta altura del partido).
Pero volviendo al principio, el silencio nos protege y la boca nos condena. Pero... hasta dónde? No hay límites para la incoherencia, justamente porque es incoherente. Cíclicamente y como si se tratara de una condena perpetua, volvemos a hacer todo aquello que nos arruinó la vida es su momento y de lo cual hablamos estoicos, al punto de convertir tales hechos en una bandera del "nunca más". Hacemos las mismas cosas, nos acercamos o damos cabida a las mismas personas, apostándole al "cero" sabiendo de antemano que siempre gana la Banca. Estupidéz, enfermedad o vicio?
Hablamos de espiritualidad, de una vida sana, de bajarse de la locura colectiva, del odio y la intolerancia, pero nos seguimos "fumando" lo que hace mal, lo que daña, y justificamos nuestra falta de reacción porque nos decimos "espirituales". Acaso ser o tender a la espiritualidad implica repetir los errores, aguantar la ofensa gratuita, cargar la culpa que nos es nuestra, o ser serviles al punto del agotamiento total, todo, por mantener la paz? Y la paz interior, la armonía, y el amor más básico, el amor a nosotros mismos en el que se basa la espiritualidad, cómo queda?
Albert Einstein dijo: "si quiere resultados distintos, no haga siempre lo mismo".
Tal vez debamos ser conscientes y darnos cuenta, que cuando empezamos a Jugar al mudito, cuando dejamos de dar información de la vida diaria o del trabajo, cuando ya nos molesta una opinión o actitud del otro y no decimos nada, es porque en realidad estamos perdiendo la capacidad de hablar sin herir o peor aún, por miedo a herir, o peor aún, de recibir una devolución incómoda, o pero aún: perdiendo el interés por el otro...
Nadie aprende del todo, nadie tiene la "justa", nadie es perfecto, pero joder!: quemarse con fuego y seguir acercándole un fósforo al tanque de nafta, ponerle la otra mejilla a aquel que nos mató a palos, agradecerle al Universo todo lo malo que nos pasa por culpa nuestra, nos pone decididamente en tres lugares posibles: O tenemos cuentas pendientes (justificable? jaja, no.), o somos tontos, o estamos enamorados... lo que... será lo mismo?
08:15 hs. Sonó el timbre. Tenía los ojos pegoteados con lagañas y las cervicales “soldadas”. Manotié el celular y le apagué la alarma, pero volvió a sonar otra vez.
[Ya váaaaa!!!] Era el timbre nomás…(mmrrsffffppp…pero quién carajo es a esta hora un feriado, será de Dios!!!). Miré por la mirilla y supuse que estaba soñando, a veces pasa, viste? (una vuelta de chico me levanté a la madrugada y muy de memoria abrí la puerta, apunté y cuando me di cuenta le estaba meando el placard a mi vieja). Detrás de la reja, carpetita en mano, esperaba una esbelta fémina de trajecito azul, falda bien por sobre la rodilla, tacos altos, camisa blanca entallada, y lentes de sol a la cabeza sobre un cabello largo con reflejos…
“Buen día, en que puedo ayudarte”, pregunté con la puerta entornada.
“Si, buen día señor, lo molesto por el Censo”, respondió ella con voz amable.
“Dame un segundito, ya estoy” (estaba semi en bolas, con los calzones más pedorros, arruinado de anoche y el living era un kilombo!!!) Y encima dormido y sin ducharme no podía conjugar mas de 3 palabras coherentes. Chapuzón de cara, desodorola al paso y la bata que me hizo mi vieja.
“Adelante, pasá”, dije dibujando con fuerza una sonrisa falsa como billete de 3 mangos.
“Esta bien, no se moleste, si se arrima son 5 minutos nada mas”. A lo que accedí cerrándome la bata.
Comenzó la batería de preguntas de rigor (apellido, nombre, etc) a las que respondí en automático, mientras me esforzaba por sacarle la vista de encima.
“Edad?” – 43.
“Estado Civil?” – Soltero.
“Si?” – Ajáp.
“Y…vive solo?” – Si, solo.
“Tiene hijos?” – “No, le repito, soy soltero” (el lunar del escote parecía un imán para mis ojos)
“Bueno, para tener hijos hoy día eso no importa mucho!” dijo con una sonrisa brillante que me voló la nuca)
“No sería mi caso, en el supuesto caso”, dije plantando sonrisa franca y porte de señor educado.
Ella tildó una casillita de la planilla levantando las cejas y estirando una comisura como si tuviese un 7 de espadas…
“Profesión o Actividad?” – “Mantenido”.
“Jaja, no dale, de verdad, a qué de dedicás, de que vivís?”
“Bueno, la verdad es que mi actividad no es del todo…común. Trabajo de Marido a Domicilio”.
“Mirá, todo bien, pero si me estás jodiendo sigo con la casa de al lado, ok?” Dijo en tono cortante y un tanto molesta por el sol y algo de viento que le volaba las hojas.
“No te jodo, soy monotributista, trabajo por mi cuenta y mi actividad consiste en ser un marido por horas. Hay muchas mujeres, lo vas a comprobar cuando termines hoy, que están separadas, divorciadas, viudas, o solteras, muchas con hijos y amistades, pero multitudinariamente solas. Y el mantenimiento de un hogar de barrio lleva tiempo, es bastante complejo y no siempre saben cómo hacerlo, y ese es mi trabajo.”
“Ahhhh!!! Ya entiendo: plomero, gasista, electricista, pintor, jardinero, y todo eso…”
“No exactamente, para eso están ellos.” Respondí sonriendo.
“Entonces?? Qué hacés exactamente??” (y no podía disimular un interés picaresco).
“Noté que estás un poco incómoda con el viento, de verdad no querés pasar?” (seguridad vs curiosidad?... curiosidad = 1; seguridad = 0)
“Ok, un minuto nada más, no quiero incomodarte… permiso.”
“Sentate por favor, querés un poco de jugo o coca?”
“Dale: coca.”
“Seguimos con el cuestionario?”
“Ok adelante”.
“Me estabas por detallar tu ocupación…”
“Es simple: hago todo lo que hace o debería hacer un marido, de acuerdo a cada caso en particular y durante el tiempo que se me contrate, por horas, por día o por semana.”
“Pero… qué EXACTAMENTE??? (ya sonriendo abiertamente y mirándome a los ojos)
“Bueno… un marido va al supermercado (a veces), corta el pasto, hace asados, conversa, escucha, opina, sirve café a las amigas (muy pocas veces), contiene, orienta, defiende, acompaña a eventos o reuniones, obviamente maneja el auto, cambia algún cuerito los domingos, masajea los pies, congenia con los hijos, los va a buscar al cole o los lleva hasta el boliche los viernes a la noche o de vacaciones, hace un té y te lo lleva a la cama, te despierta con el desayuno y….”
“Ok ok, ya entiendo…” (cortó ella, con mirada tierna, incrédula y dulce).
El resto del cuestionario transcurrió breve, monótono, difuso y a media voz. El momento del inexorable final se detuvo con una pregunta más:
“Puedo ser indiscreta?”
“Qué tanto?” deslicé señalando la copia de mi Declaración Jurada de Ganancias.
“No… digo…. Dijiste que trabajás por hora, por día o por semana… Ninguna mujer te quiso contratar por más tiempo?”
“Si, pero jamás acepté”.
“Por??”
“Por qué sería muy caro”.
“Tanto??, Supongo habrá mujeres muy adineradas que lo puedan pagar..”
“No para ellas, sino para mi…”
“No entiendo….”
“Es simple: si acepto por más tiempo, corro el riesgo de enamorarme y perdería mi libertad y por supuesto, mi trabajo. Y para un hombre de mi edad, con mujer o familia, ya no le sería fácil conseguir un empleo normal.”
Ella se levantó del sillón, concluyendo la entrevista. Me extendió su mano firme y me animé a darle un beso en la mejilla… Me miró con ojos brillosos y dijo:
“Será mucha molestia pedirte tu tarjeta??, digo, es para una amiga..”
Tomé sólo una de la cajita del modular y se la entregué…
“Con un mensaje en blanco de tu celular va a ser suficiente… yo te llamo, como hacen los maridos”…
La ví atravesar la reja del frente, como si algo la estuviese reteniendo, a la vez que me esforcé para resistir el impulso de alcanzarla… Pero hoy es miércoles, día del Censo. Mañana tengo que ir a trabajar.
…y le dedicamos 2 días por semana a Yoga o Reiki, le damos al sahumerio y al hornillo como para intoxicar al barrio, de modo que si tenés perro ya no ladra…”pía”. Buscamos en cada “pedorrevista” artículos relacionados con la meditación, las buenas ondas, el control mental y la frecuencia adecuada, nos anotamos en cuanta conferencia, charla o debate aparezca sobre el tema, que en su mayoría terminan por embebernos en una mezcla comercial de buenas vibras y nos deja en la parada del Bondi medio confundidos y con una velita en la mano.
Todo supone haber logrado un estado de espiritualidad superior, una capacidad de observación tal que sólo genera comprensión y claridad. Pero no tanto… La hora pico y los pasajeros derritieron la velita en el bolsillo o la cartera, dejando un enchastre irrecuperable. Durante todo el viaje cada uno de los pasajeros vino jugando al “felíz estreno” pisoteándonos las zapatillas recién compradas e inmaculadamente blancas. La plantita de la abundancia que nos regaló la señora de la entrada (más pesada que collar de melones), quedó como la maraña de cables viejos que sacó el electricista del cuarto de enceres, y por tratar de acomodarla por lástima mientras caminábamos al tanteo, mandamos el pie derecho justo encima de un terrible “super-pancho marrón” abandonado por un gran danés…. Dedos índices de ambas manos a las sienes , oooommmmm de 2 segundos, inspiración profunda y el recuerdo de la abuela: “pisar mierda trae buena suerte”… (se escuchaba una motoneta en marcha).
Por fin al llegar a nuestro “refugio zen”, a nuestro “santuario sagrado”, el Toby sale al galope moviendo la enorme cola como un helicóptero, ladrando feliz y con la lengua afuera… “Quieto Toby!!! Quieto!!! Paráaaaa!!!!.” …La bolsita del mercado se rasgó y la media docena de huevos salió como repetición de mortero contra la puerta de garage. La alegría de Toby desbordaba de barro en las patas sobre la camisa blanca, y no paraba de lamer y babear. (alguien aceleraba impaciente una motoneta, como para salir picando).
No terminamos de desensillar, que aparece el nene con cara de “fue sin querer” y un adorno del living hecho puré. “Te dije que No se toca, NO SE TOCA!!! Será de Dios che!” El más grande vino con 6 amigos y se quedan a dormir, y quieren pizza. Y sin avisar, claro. Y el tarado mayor, con las patas sobre la mesita ratona de cristal, bocifera: “gorda estás yendo a Reiki? Me parece que no te hace bien…” (en eso se escucha una motoneta que entró por la puerta a toda velocidad…) “gorda me escuchaste lo que te dije?”… SI!!!!!!!! VAYANSE TODOS A LA MIERRRRDAAAA!!!
- Si abriste los ojos temprano y pudiste ver al sol filtrándose por la ventana, y pudieron más las ganas de hacer un poquito más de fiaca…
- Si te volviste a despertar con un piquito y una bandeja con el desayuno…
- Si después del placer de saborear una tostada con manteca, el mate más espumoso o un café con aroma express, te miraron a los ojos con dulce picardía, te acariciaron el rostro, el otro cuerpo se hizo más presente, y el abrazo te puso a punto caramelo o tu mástil ostentó la bandera más orgullosa…
- Si el éxtasis profundo dejó correr al reloj hasta que la respiración hubo recobrado su ritmo y:
- Si vos, Hombre, no tuviste los cojones ni la creatividad para inventar la excusa perfecta, haberle alcanzado el libro que está leyendo y haberle permitido que disfrute de su intimidad mientras vos, diario o revista en mano, te retirabas al fondo, al balcón o al baño sin quebrar el encanto…
- Y vos Mujer, si en lugar de tomar el libro con una sonrisa y mullirte en las almohadas, tal vez imaginando la devolución del encanto con su almuerzo preferido, o el mate justo mientras termine de lavar el auto o de desempolvar su hobby…
- Y los dos saltaron de la cama eyectados como de un avión caza a punto de estrellarse, salieron desalineados a lidiar con el tránsito, la mufa social, las llegadas tarde, el trabajo atrasado y la cara de-orto del jefe, o a soportar las viejas de-mierda en el supermercado, o a subirse al caballo de la histeria limpia-muebles…
Caben tres posibilidades:
1.- Aún no han entrado en “La Segunda Edad”
2.- Han desperdiciado tal vez la única oportunidad de transitar un camino distinto a la felicidad, por no perder el presentismo, el orden en la casa o la costumbre de arruinar un día mágico con la locura de lo cotidiano.
3.- O estaban soñando…
Que tengan un hermoso Lunes!!!
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.Sobre mí |
Ariel Villar
Amante de la vida, soñador, hiperquinético, un poco cansado, respetuoso de los mayores, aprendiz del ensayo y error, ávido comunicador, hombre de radio por afición de toda la vida, enemigo de la rutina, niño eterno, comedor de asados y mariscos, amigo del buen vino, seductor (dicen por ahí… hay gente para todo), motociclista de la ruta...
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